Nuestro Capricho es Marina Heredia COMO INÉS SUÁREZ, Mencía Calderón o Beatriz de la Cueva, Marina Heredia emprendió a su manera la aventura americana; y como Rocío Dúrcal, María Dolores Pradera o Silvia Pérez Cruz, no sólo regresó con el oro musical del Nuevo Mundo, sino con la dulzura del mamey y el olor de la guayaba. El oro lo encontró Marina explorando temas de clásicos como Pedro Infante, Carlos Puebla y José Alfredo Jiménez; pero las recreaciones de Daniela Romo, El Gran Combo y José José, atesoran el gusto y la fragancia de una adolescencia ya entregada a la música. Sin embargo, Marina Heredia también ha tenido dos detalles maravillosos, pues le ha dado alas de colores a la antigua Mosca del Sacromonte y ha homenajeado a un contemporáneo como Facundo Toro, poblando su chacarera de nuevos compases y armonías. Por eso este disco de Marina se me antoja bello y singular, porque posee memoria y estudio, asombro y admiración, tablao y discoteca, bulería y bolería, frijolitos y garbanzos, gaoneras y chicuelinas. Es decir, todo lo que adquiere sentido gracias a un capricho. La cantaora granadina se ha dado el gusto de llevar a su terreno -con arte, respeto y delicadeza- hermosos temas del otro lado del Atlántico; pero para los latinoamericanos que conocemos nuestras canciones y nos conmovemos cuando las escuchamos con otros aires, Marina Heredia es nuestro Capricho.Fernando Iwasaki«La Vereda de los Carmelitas», primavera de 2021 Consigue en Casa Flamenco tu edición limitada firmada por Marina Heredia |