
Arranca el concierto con un ligero retraso, previsiblemente para dejar que terminase de entrar toda la gente que se reunía en las puertas del pabellón príncipe Felipe de Zaragoza deseando entrar, una vez que se terminó el atasco para entrar al concierto se veía un aforo casi completo esperando con emoción a que el espectáculo diera su inicio.

Arranca el concierto con un violín en solitario al que se le van uniendo poco a poco el resto de la banda, el teclado, una batería que empieza a subir la tensión en el pabellón, guitarra rítmica, guitarra solista y ya tras un par de minutos aparece en escena el mítico Robe Iniesta ante una gran aclamación por parte del público. arrancan con la canción del tiempo perdido, recordando que no hay tiempo que perder y que la espera merecerá la pena.
Sigue el concierto con canciones lentas y letras profundas con las que Robe llega al alma del público (Por Encima del Bien y del Mal y Por Ser un Pervertido) con la que retumba el pabellón ante un coro de miles de voces gritando el estribillo “He llorado tanto, Y he llorado tan adentro, He llorado tanto, tanto, Que he apagado hasta el Infierno”.
Ya con el público calentito nos traen la aclamada canción Si te vas de Extremoduro, con una gran acogida por parte del público y es que no se concibe Extremoduro sin Robe ni Robe sin Extremoduro.
Sigue el concierto con A la orilla del río, tema inédito que ya se ha dejado escuchar a lo largo de esta gira.
Para devolver el testigo al público vuelven con una trilogía de Extremoduro Tu corazón, El camino de las utopías y Segundo movimiento: Lo de fuera que hacen vibrar a los fans que llevan siguiendo años la trayectoria de Robe.
Tras esto llega su último single, Ininteligible, que ya está más que interiorizado entre sus seguidores, tras esto y como ya viene siendo habitual en los conciertos de Robe se hace una pausa para que los asistentes puedan acudir al baño, comprar comida, salir fuera o lo que necesiten sin perderse ni una sola canción, cosa que como siempre algunos agradecerán pero a otros la espera se le hace eterna.
Tras 35 minutos de espera vuelven con el disco Mayéutica el cual tocan entero y en orden:
Interludio, Primer movimiento: Después de la catarsis, Segundo movimiento: Mierda de filosofía, tema que tiene una gran acogida, es un placer ver a tantísimas almas cantando al unísono “Bailar, bailar, bailar como una puta loca”, al terminar el tema por primera vez en todo el concierto se oye un aplauso generalizado, tampoco es que Robe dejase mucho tiempo entre tema y tema.
Siguen las canciones Tercer movimiento: Un instante de luz, Cuarto movimiento: Yo no soy el dueño de mis emociones y finaliza el disco con Coda feliz, tras esto se hace un amago de fin de concierto, se apagan las luces, desaparecen los músicos, los asistentes tienen tan claro que no es el final que ni siquiera piden otra.
Tras cuatro minutos en los que nadie abandona el pabellón arrancan con otro trío de Extremoduro Jesucristo García, Puta y finalmente la mítica Ama, ama, ama y ensancha el alma, se huele el final, el público ahora si pide otra entre gritos, van más de tres horas de concierto pero todo el mundo quiere más, lamentándolo mucho el grupo saluda, se despide, toda historia bonita tiene que tener un final.

Texto Bárbara García Benítez
Fotos Capelucita Rock