Galería de fotografías del concierto que Evanescence & Sober dieron el pasado 14 de junio en el Festival Alma en El Parque Enrique Tierno Galvan.
EVANESCENCE + SOBER
Viernes 14 Junio. Alma Festival, Parque Enrique Tierno Galván
Doble menú para chuparse los dedos
ALMA FESTIVAL cerró a lo grande su cartel en Madrid, con un doble programa de lo más interesante, con los norteamericanos Evanescence y los madrileños Sober dando lo mejor de si mismos en una jornada muy propicia para disfrutar al aire libre con la mejor música del momento.
El novedoso festival, patrocinado por Seguros Occident, echó el cierre en Madrid con una nueva jornada para chuparse los dedos, tras los estupendos recitales
protagonizados por grandes leyendas como los colosos Deep Purple o el no menos
insigne Nile Rodgers & Chic. Recordamos que todavía queda la traca final, con el genial Alice Cooper en el Poble Nou de Barcelona. Presididos por una magnífica Organización, a la que desde aquí damos las gracias por las facilidades que nos prestaron para hacernuestro trabajo de la mejor forma posible, y que implementó estupendos palcos VIPS (donde poder ver los conciertos sentados para los más comodones o perezosos) dentro de un Auditorio digno de encomio y mención, una de las grandes joyas infrautilizadas que tenemos en Madrid, en el Parque del Planetario, dedicado al mejor Alcalde que disfrutamos en la capital, nuestro siempre admirado y recordado, Don Enrique Tierno Galván, ‘el Viejo Profesor’ como se le conocía popularmente… EVANESCENCE, chucherías románticas y ‘emo’tivas
La banda de Little Rock, Arkansas, EE.UU, abrieron fuego en medio de un abarrotado
aforo dispuesto a entregarse de forma absoluta a la causa. Procedentes un Estado
norteamericano de Sur, donde nació por cierto el ex Presidente Bill Clinton, la cantante Amy Lee, bien secundada en todo momento por Troy McLaawhorn y Tim McCord a las guitarras, Emma Anzai al bajo, más el rotundo batería Will Hunt, un percusionista de larga trayectoria que también ha militado con los Black Label Society de Zakk Wylde (guitarrista de Ozzy Osbourne) o en la banda de Tommy Lee (Motley Crue) forman un combo ‘emo’ que hace las delicias de las nuevas generaciones de fans de este tipo de Metal romántico y ciertamente ‘emo’cional.
De inicio fueron desgranando piezas como “Broken Pieces shine”, “Made of Stone” o
“Sweet sacrifice”, mostrando otras golosinas como “Taking over me” y “The game isnover” hasta topar con la primera canción de cierta enjundia de la noche, la rutilante “Ordinary Word” de Duran Duran, con la que se metieron definitivamente a la
parroquia en el bolsillo. De este modo fueron puliendo el camino de baldosas amarillas que estaba por llegar y siguieron deleitando a los fans más acérrimos en cortes como “My heart is broken”, “Wasted on you”, “THe change” o “The end of the dream”. El recital cobró nuevos bríos con la estupenda “Going Under” con la que completaron un recorrido de lava y seda, que fue mostrando los últimos destellos con “Better without you” o “Call me when you’re sober”, títulos explícitos cuya lírica incide en el viejo aforismo de ‘mejor solos que mal acompañados’. En el tramo final dejaron caer, “Imaginary”, “Use my voice” y “Blind belief” para redondear en los bises con dos hits más: la balada “My inmortal” (cantada a capella, con un fondo de piano y teclados) y el single por excelencia: “Bring me to life”, con la que pusieron el colofón a una actuación que dejó muy satisfechos a sus seguidores. La sorpresa mayúscula vino a continuación, al ver que la mitad del público presente en el Auditorio, abandonaba el recinto, perdiéndose de este modo el plato fuerte de la noche (en nuestra modesta opinión), unos renacidos SOBER que no se resignaron al papel de meros teloneros (que muchos pensábamos a priori) y demostraron que las verdaderas estrellas de la noche eran ellos. Lo siento mucho por quien se los perdió.
Desde luego hay que tener la cabeza muy hueca para pagar unos 45 euros (de media)
que costaba la entrada y luego tirar la toalla a las primeras de cambio, sin empaparse
de uno de los mejores combos que se pueden ver en la actualidad.
SOBER, harina de otro costal
Si la banda madrileña ya nos gustó mucho en su anterior aparición en el Invernadero
de Las Ventas, con motivo de su concierto ’30 Aniversario’ (junto a miembros de SAVIA y SKIZOO) formaciones que salieron del propio seno del grupo, cuando este decidió tomarse una pausa allá por 2004. En esta ocasión no desmerecieron aquel concierto celebración de esta pasada primavera, cuajando un nuevo aquelarre que nos dejó boquiabiertos por su fuerza y por su rotundidad, así como por la notable calidad de sonido que siempre muestran nuestros protagonistas en directo.
Los hermanos Escobedo (Carlos al bajo y voz solista, Jorge a la guitarra) más el brillante Antonio Bernardini en la segunda guitarra y el virtuoso Manu reyes en la batería, volvieron a hacer de las suyas en una descarga de muchos kilates que comenzó al son de “la Prisión del Placer”, “Arrepentido” y “Sombras”. Siguieron por idéntica senda de excelencia sonora con “La nube”, “El día de la Liberación” y “La Araña”, una canción que nos agrada especialmente y cuya lírica recuerda al Hotel California de los Eagles:
“Podrás pedir la cuenta cuantas veces quieras, pero jamás podrás abandonarnos…”, si bien musicalmente ambos himnos no se parecen mucho. La suave seda del rock’n’roll que te atrapa en rutilantes composiciones como “Blancanieves”, “Tic Tac” o la excelsa
balada “Eclipse”. Qué duda cabe que nuestros adorados Queensryche (y los superlativos PINK FLOYD) son dos de las bandas que más les influyeron en su momento, con ese metal progresivo atmosférico de los norteamericanos y ese magisterio de los británicos, que luego se traduce en poderosas power-ballads de los madrileños como la citada “Eclipse” o la sin par “Náufrago”, con la que cerraron un show muy completo de dos horas que tuvo en “Vulcano” o la glacial “El hombre de hielo” otras grandes sensaciones de la velada. Intercaladas con un medley prominente: “Abstinencia / Caída
libre / Condenado / Que hice mal?” de perlas de los primeros años, seguida de otra
gran composición: “Brazos altos, caras bajas” de aquel elepé seminal “Torcidos”,
cuando se hacían llamar Sober Stoned y que este año ha sido reeditado en una lujosísima caja, con un precioso libro-disco: “Retorcidos” y una puntera cassette, de
una vieja maqueta en inglés, para conmemorar los 30 años de la efeméride.
“Diez años” incluyó un divertido duelo cruzado de baterías entre Manu Reyes y Carlos Escobedo que se puso a aporrear la suya, un poco más chiquitina, y que guarda
escondida en una plataforma para luego mostrarla en el momento de los solos.
Cerraron con “Tiempo”, nunca mejor dicho, (otra deliciosa canción de “Retorcidos”)
más la mencionada “Náufrago” con el Auditorio poblado de estrellas (las linternas
encendidas de los móviles dan esa sensación, imitando el rito de antaño cuando la peña encendía los mecheros en ciertas baladas…) y con la sempiterna “Loco” pusieron el broche de oro a una función para quitarse el sombrero. Chapeu!!
Fran Llorente
Fotógrafo: César Lorenzo Pérez